sábado, 20 de agosto de 2011

I was born to be somebody.

Qué momentos. Aún recuerdo la primera vez que lloré, bueno, no la recuerdo con demasiada certeza, pero debo suponer, que estaba rodeada de médicos, y que la luz traspasaba mi ojo, que mi madre lloraba de felicidad, y yo lloraba por el desconcierto. No tenía uso de razón, ni conciencia, ni un cerebro en marcha, pero tenía un corazón que daba sus primeros latidos en el mundo real. ¿Dónde estaba? Estaba en la vida, estaba en una sala llena de personas, todas pendientes de mi, de lo que hacía, de lo que dejaba de hacer, de si lloraba de si reía, pero a mi lo que me preocupaba era una cosa.
¿Me haría feliz la llegada al mundo? 

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