jueves, 13 de diciembre de 2012

Cabeza.

Por una parte pienso y digo: Viva la vida. Por otra parte paro y pienso: ¿Por qué yo? 
Contradictorio, casi tanto como mi cabeza, y es que por más que busco una razón por la cual querer buscar un por qué no la encuentro. Hace dos meses no tenía lo que tengo hoy. ¿Tenía más? ¿Tenía menos? Son dos cosas muy diferentes. 
Una parte de mi se alegra por haber tropezado, porque no eras una piedra, me estabas enseñando que no me podía enamorar de alguien tan pronto. En cambio la otra parte de mi se queda totalmente vacía. 
Lo aposté todo por alguien que no apostaba nada por mi, y por eso perdí amigos, perdí tiempo, perdí momentos, perdí consejos, risas e incluso algún que otro cabreo. 
Y yo no quería perderme nada, de hecho, de los errores de aprende, y ya no voy a dejar pasar ni un detalle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario