viernes, 9 de septiembre de 2011

Estas son mis confesiones.

Es cierto, en el corazón he guardado miles de confesiones que nadie ha sido capaz de ver, mi corazón no es transparente, mi corazón está tintado, nadie lo puede ver desde fuera, solo quien está dentro. He pensado muchas veces que la vida es corta, y que en un preámbulo nocturno, podría ser la última noche, he pensado que cada día es el último, discutiendo sobre el 100%, un 101% he sonreído, un -1% he llorado, y el 100% lo he vivido. El amor es único, solo hay uno para cada persona, solo hace falta buscar, encontrar y ser lo suficiente valiente como para decir: Para siempre. Me he planteado un promedio de diez veces al día la situación de no contar mis confesiones, pero las diez veces el corazón me dicto hacerlo. Mis pies estuvieron contándome anoche que iban a correr siempre que yo se lo pidiera, y que si me caía, mis rodillas iban a levantarme, pero también me confesaron que no iban a correr por cobardía, si no por valentía. Que mejor correr que morir a balazos de dolor, que los gustos son todos, y que la vida es corta.
Que la vida es el mayor verano, y que la vida se acaba, que dura como mucho un siglo, y que se te acaba en un segundo, que todo lo vivido es vivido, y lo bueno del recuerdo es que te acompaña, ahora, y siempre.



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